Ventajas de las madres que viven libres de la soberbia

Sin rodeos, hay una cultura repleta de identidad maternal que en el fondo desea dar ánimos. Pero en realidad pone mucho peso en los hombros y en la mente de las madres de hoy día. Y distorciona el rol de una madre.

El perfil de esta madre es empoderada de pensamientos que "los hijos no me detienen" , "di a luz y me tengo que ver perfecta en tres meses", " no quiero que mis hijos me "arruinen lo que tanto esfuerzo me costó estudiar, trabajar, y lograr. La moda, los viajes, las fotógrafías que las redes sociales inundan sus ojos y mentes le hace peso. Las impulsa a comprometerse economicamente para "también vivir y tener su vida". Mostrarse luchona y con más fuerza pues eso las lleva a fortalecerce por ellas mismas para lograr elevar su identidad.

Son madres que como todas, tienen una historia que contar pero en particular sus historias las llevan a cobrar en la actualidad a todo aquel que impida lograr sus sueños propuestos.

"Yo siempre puedo, no dependo de nadie, no necesito de nadie, saldré adelante y mostrare fortaleza ante los que me rodean". Son frases comunes entre estas madres, que sin duda alguna valientes son.

Aquí va la otra parte. Hay madres que son libres de estas presiones sociales autoimpuestas, pues encontraron, recibieron y aceptaron su identidad y diseño como Dios mismo las creó. Estas madres han superado ser libres de la opresión mental que para tener fuerza e identidad necesitan tener y/o hacer algo más.

Son valiosas, caminan con seguridad, saben que son amadas y nacieron con propósito eterno. Ellas saben que a través de Jesucristo fueron perdonados sus pecados y que ya no viven ellas sino Cristo. Ellas viven y descansan en la palabra de Dios. Son esforzadas, valientes y somenten sus pensamientos, su carácter y sus deseos que la alejan de la Palabra de Dios. Es bajo el sometimiento a Dios que ellas encuentran libertad, pues es quien otorga la identidad y quien revela lo que realmente eres.

Son capaces de perdonar, abrazan el descanso en Dios y reconocen que sus fuerzas no provienen de ellas sino de Dios quien las creó. Son fuertes, sumamente claras en sus convicciones pues estas caminan contrario a las tendencias de competir, tener o verse como quiere el mundo. Ellas viven logrando expandir lo que Dios a puesto en sus manos para Su Gloria. Y Frente a las pruebas se van de rodillas y Dios pelea por ellas. Ellas claman por la ayuda de parte de Dios y buscan estratégicamente quien las puede ayudar en su entorno.

Saben decir no sin culpa, saben priorizar, trabajan en excelencia, reconocen cuando están mal y buscan consejo sabio en la palabra y entre sus amigas. Saben descansar y reconocen que no lo pueden todo. Pues aceptan que son escogidas para un llamado glorioso que conduce a la eternidad y se concentran en ello.

Una alta dosis de humildad, conviccion, fe y fortaleza se requiere para vivir así. Estas madres saben que crian hijos para Dios, no para su beneficio personal futuro. Rinden cuentas a Su Padre celestial por sus acciones. Y buscan de Dios para educar, edificar a sus hijos y a su familia.

Y todas en algún momento de nuestras vidas hemos vivido entre la soberbia...parte de crecer como personas incluye el no saber y se distingue entre entenderlo, analizarlo y por su puesto la intervention del Espíritu Santo en nuestras vidas quien es el que abre el entendimiento y revela las intensiones de nuestro corazón.

No hay nada más placentero en la vida en conocer nuestra identidad y reconocer que somos amadas, creadas por un Dios todopoderoso y que nuestra identidad no está en aquello que hacemos sino en lo que somos...

¡Eres hija de un Rey, descansa!